viernes, 25 de junio de 2010

Cuidado, que las putas muerden



Vedlo hasta el final, que no tiene desperdicio.

Lástima la charla sobre ser normal... eso me convence mucho menos que sus colmillos.

domingo, 20 de junio de 2010

Inversión


Usted, en realidad, es homosexual.
Pero no se alarme. Su heterosexualidad es sólo fruto de una disfunción producida por la deficiente identificación con su figura masculina de referencia, estoy seguro de que no pasó suficiente tiempo con su padre.

No, no diga nada, seguro que su sobreidentificación con su madre produjo que su deseo se orientara hacia la masculinidad que representaba su padre, en lugar de hacerlo de forma natural, hacia su madre. No ha superado usted el complejo de Electra. Cuestión de miedo a la castración del dildo.

No se preocupe, estoy seguro de que podremos ayudarla. Comenzaremos intentándolo con antidepresivos, si no funcionara, podemos añadir estrógenos. Con esta combinación conseguiremos disminuir su libido lo suficiente como para que deje de desear a los hombres. En el último de los casos, utilizaremos terapias aversivas, ligeras descargas eléctricas cada vez que mire a un hombre guapo.

No se asuste. Ya sé que suena algo agresivo, pero estoy seguro de que es mucho peor vivir como heterosexual. Por suerte es una enfermedad que podemos curar. No creo que le guste convivir con ese hombre que no la respeta, que la trata como una esclava, y que ni la escucha ni la comprende. Lo normal sería que viviera con una mujer, como todo el mundo.

Tranquila, no diga nada, no es necesario. Tómese una de éstas todas las mañanas, y nos veremos la próxima semana.

Ya verá cómo en unos meses será una feliz lesbiana.





jueves, 10 de junio de 2010

M musical

Cosa más grande no se ha visto. Ahí os lo dejo, para estrenar el viernes con inspiración.



jueves, 3 de junio de 2010

Cuerpos periféricos




Hace no mucho estuve en uno de los nuevos hospitales que se han construido en Madrid. Sentada en la sala de espera, más parecida a la de un aeropuerto que otra cosa, pensaba en lo complicado que había resultado llegar hasta allí, incluso en coche. El hospital estaba a las afueras, en un páramo rodeado de polígonos industriales y urbanizaciones desangeladas en construcción. Dando vueltas a esta idea, se me ocurrió buscar las localizaciones de los 8 nuevos hospitales, para comprobar que todos estaban a las afueras, en pos de una “descentralización de las especialidades que acercará los recursos a todos los ciudadanos”, según la página de la Comunidad.
Pensé en más cosas que se edifican a las afueras, lejos de la mirada. Los hospitales, los psiquiátricos, los prostíbulos, los cementerios… lugares que albergan cuerpos enfermos, infelices, muertos, o cuerpos que follan. Enfermedad, sexo y muerte deben estar lejos de la mirada pública, porque la familiaridad con ellos interferiría en las enseñanzas de la hiperrealidad.

El sistema se esfuerza demasiado en producir discursos que nos muestren qué debemos ser, a qué debemos tener miedo, y cómo se hacen las cosas. Debes estar sano, ser guapo, feliz, eternamente joven (preferiblemente inmortal) y debes practicar el sexo según los criterios heteronormativos. El miedo a no cumplir esos requisitos, por otro lado imposibles, te mantendrá suficientemente angustiado como para que sigas comprando (1).

Realizar el procedimiento inverso, poner los cuerpos enfermos, disidentes, las prácticas no normativas ante la mirada pública funciona como espacio de resistencia contra esos miedos. Porque en la cultura de la hipervisualidad, lo único que existe es lo que vemos.



(1)Acaso, María. Esto no son las torres gemelas: Como aprender a leer la televisión y otras imágenes. La catarata. Barcelona (2006)