Existe por ahí un comando transfeminista (del que no concretaré detalles por su propia seguridad) infiltrado en un bastión del feminismo institucional que me ha hecho llegar este vídeo.
Para esta misión su nombre en clave es Cunnilingus a Shakira (ya les gustaría, dicen), y a falta de intercambio oral han resignificado uno de sus temas, convirtiendo "las de la intuición" en "la revolución".
Cantar sus subtítulos en lugar de la letra es todo un placer subversivo.
¡Que lo disfrutéis!
sábado, 30 de enero de 2010
miércoles, 20 de enero de 2010
M de monstruosa
Ayer sonó el teléfono de mi casa, y encontré al otro lado a Mademoiselle Fifi, exaltada de una manera impropia para un personaje de su alcurnia. No dejaba de decirme que había visto en la tele la película de mi vida, y que era capaz de verla dos veces en el mismo día sólo para poder comentarla. No imagináis cual fue mi sorpresa al decirme que la película en cuestión era “El ataque de la mujer de 50 pies”. Un remake del 93 de la película del mismo título de los años 50.
Fifi no dejaba de gritarme: “¡Daryl Hannah está imponente!¡Y sin que se le altere el maquillaje! ¡Y el final… todavía no he conseguido cerrar la boca!”
Comprenderéis un cierto escepticismo por mi parte, porque una película que remeda las de serie B de los 50, (efectos especiales cutres incluidos), con ovnis y mujeres gigantes de por medio, es como para pensárselo dos veces. Pero mi confianza en Fifi es ilimitada, así que realizamos una búsqueda exhaustiva por los videoclubs de Madrid, hasta que dimos con uno en el que, además de reírse de nosotras por preguntar por semejante joya, nos dijeron que la tenían.
Todavía no he salido de mi asombro.
La peli va de una mujer infantilizada por su padre y su marido, dos machirulos a cual más repugnante, que tras encontrarse con un ovni, crece cada vez que se cabrea en la misma proporción que su rabia. Cuando llega a los 50 pies, y a su nivel máximo de hartazgo, venga las afrentas de estos dos individuos al más puro estilo King Kong (¡Ayyss!¡Qué aroma a Despentes!).
Merece la pena sólo por ver a Daryl Hannah enorme y desmelenada, estrujando a su maridito en su manaza gigante, pero además la acompañan personajes como su terapeuta, con la que los diálogos no tienen desperdicio, la mujer-puta amante de su marido (inteligente, agresiva y triunfadora), o la butch ayudante del scheriff, en su papel de perfecto aprendiz. En el guión hay perlas del tipo: “Ya estoy cansada de ser una mujer adulta, moderna y postfeminista, ahora voy a hacer las cosas a mi manera”, y un increíble final, que no os destriparé, pero yo tampoco he conseguido cerrar la boca todavía.
Hay días en los que, después de escuchar que se están rifando Haití antes de haber sacado los cadáveres de los escombros, o que la curia dice que hay cosas peores en el mundo que lo que ha pasado allí, a una se le desborda la rabia, y desearía crecer con ella para poder exterminar a pisotones a unos cuantos descerebrados.
En fin, aquí os dejo unos fotogramas de la peli.
Porque nuestra rabia nos puede hacer gigantes.
Hay días en los que, después de escuchar que se están rifando Haití antes de haber sacado los cadáveres de los escombros, o que la curia dice que hay cosas peores en el mundo que lo que ha pasado allí, a una se le desborda la rabia, y desearía crecer con ella para poder exterminar a pisotones a unos cuantos descerebrados.
En fin, aquí os dejo unos fotogramas de la peli.
Porque nuestra rabia nos puede hacer gigantes.
viernes, 15 de enero de 2010
M de mentira: “Las niñas son por naturaleza más sociables y empáticas que los niños”
Imagina que estás manteniendo una conversación, y te incomoda tanto mirar a los ojos de tu interlocutor, que no puedes hacerlo. Escuchas lo que dice, pero eres incapaz de leer los matices de su comunicación no verbal. No comprendes su sonrisa, ni porqué abre más los ojos cuando dice algunas cosas, ni lo que quiere decir el movimiento de sus manos. Tampoco entiendes los dobles sentidos que utiliza en algunas frases, que el resto de la gente recibe riéndose, ni los cambios del tono de su voz. Eres incapaz de leer esos mensajes implícitos, y de reaccionar a ellos, así que tienes la sensación de que te habla en un idioma desconocido. Eso, y su forma hostil de reaccionar a tu evidente incomprensión, hará que empieces a sentir ansiedad.
Si te han diagnosticado niño al nacer, te habrán entrenado para proyectar tu agresividad hacia el exterior, así que tendrás una rabieta, romperás algo o pegarás a alguien, y serás en poco tiempo diagnosticado como Asperger.
Si te han diagnosticado niña al nacer, ya habrás aprendido que la agresividad la debes dirigir hacia tu propio cuerpo. Así que sufrirás, y o bien te agredirás a ti misma, o bien intentarás adaptarte para ser aceptada en el grupo, y comenzarás a aprender de memoria lo que tienes que hacer en esas situaciones que no entiendes. Copiarás las reacciones de tus amigas en situaciones similares sin comprenderlas, te fijarás en las películas para crear tus propios guiones de actuación, y mantendrás continuamente una máscara sonriente en tu cara. Aprenderás que, para complacer a los otros, que es lo que se espera de tí, sólo tienes que ser sumisa y sonreir. Y no serás diagnosticada Asperger, aunque lo tengas.
El síndrome de Asperger es un trastorno del desarrollo relacionado con el autismo. Las personas que lo sufren son incapaces de empatizar con otros. No comprenden las situaciones sociales o el lenguaje no verbal, y no pueden “leer entre líneas” en una conversación. Suelen elegir un hobby para dedicarle su atención, hasta el punto de convertirse en verdaderos expertos, lo que hace que su conversación pueda ser algo monotemática, y les dificulta mucho más la interacción.
Los estudios hablan de un déficit en el funcionamiento de las “neuronas espejo”, que son las que hacen que nuestro cerebro registre las emociones en las otras personas, y las relacione con las propias. En resumen, los pacientes Asperger no tienen la maquinaria necesaria para la interacción social. Y no la tienen, ni los niños, ni las niñas.
Sin embargo, las niñas son menos diagnosticadas de este síndrome, se las diagnostica más tarde, y tienen una mejor evolución. Me reitero, ni los niños ni las niñas Asperger tienen la “maquinaria natural” necesaria para la empatía, pero a las niñas se les nota menos.
Esto ocurre por varias razones:
La primera es que los niños, cuando se frustran, se ponen agresivos con el entorno, y eso hace que acaben mucho antes en el psicólogo del cole. Las niñas se autoagreden, o se adaptan, y eso llama menos la atención.
La segunda, que las niñas comienzan a sufrir presión social alrededor de los ocho años, y los niños viven libres de ella por lo menos hasta los trece, y que la magnitud de esa presión es mucho mayor para las chicas. A nadie le importa que un chico sólo hable de ordenadores o de trenes, pero es muy distinto cuando una niña no comprende que a su amiga le gusta Juan. Eso les supone la exclusión del grupo, así que aprenden a adaptarse antes. Lo que hacen es observar las situaciones sociales a su alrededor, y hacer una lista de las reacciones adecuadas copiando las de los otros niños. Así pasan desapercibidas, aunque no comprendan lo que están haciendo, y eso las mantenga en un estado de continua alerta.
La tercera, que aprenden rápido a decir que sí. Sonríen de continuo y son sumisas, y eso son valores en alza para las mujeres. No importa que debajo de la máscara haya una intensa angustia.
Y pensando en todo esto, yo me pregunto: Si estas niñas, que no tienen esa “maquinaria natural” que se les presupone hiperdesarrollada por su género, se las apañan para parecer más empáticas y sensibles, ¿Qué ocurrirá con el resto, que sí la tienen?¿No tiene sentido pensar que esa poderosa presión social hará que nosotrxs también nos entrenemos mucho más para relacionarnos?.
O sea, que como me han diagnosticado mujer, soy por naturaleza mucho más empática y sensible…
A mí que no me cuenten milongas.
Para leer más sobre el Asperger en las mujeres:
http://www.asperger.es/publicaciones.php?id=3&cap=193&cat=2
http://www.educared.pe/especial/articulo/1019/sindrome-de-asperger-algunas-preguntas-comunes/
Si te han diagnosticado niño al nacer, te habrán entrenado para proyectar tu agresividad hacia el exterior, así que tendrás una rabieta, romperás algo o pegarás a alguien, y serás en poco tiempo diagnosticado como Asperger.
Si te han diagnosticado niña al nacer, ya habrás aprendido que la agresividad la debes dirigir hacia tu propio cuerpo. Así que sufrirás, y o bien te agredirás a ti misma, o bien intentarás adaptarte para ser aceptada en el grupo, y comenzarás a aprender de memoria lo que tienes que hacer en esas situaciones que no entiendes. Copiarás las reacciones de tus amigas en situaciones similares sin comprenderlas, te fijarás en las películas para crear tus propios guiones de actuación, y mantendrás continuamente una máscara sonriente en tu cara. Aprenderás que, para complacer a los otros, que es lo que se espera de tí, sólo tienes que ser sumisa y sonreir. Y no serás diagnosticada Asperger, aunque lo tengas.
El síndrome de Asperger es un trastorno del desarrollo relacionado con el autismo. Las personas que lo sufren son incapaces de empatizar con otros. No comprenden las situaciones sociales o el lenguaje no verbal, y no pueden “leer entre líneas” en una conversación. Suelen elegir un hobby para dedicarle su atención, hasta el punto de convertirse en verdaderos expertos, lo que hace que su conversación pueda ser algo monotemática, y les dificulta mucho más la interacción.
Los estudios hablan de un déficit en el funcionamiento de las “neuronas espejo”, que son las que hacen que nuestro cerebro registre las emociones en las otras personas, y las relacione con las propias. En resumen, los pacientes Asperger no tienen la maquinaria necesaria para la interacción social. Y no la tienen, ni los niños, ni las niñas.
Sin embargo, las niñas son menos diagnosticadas de este síndrome, se las diagnostica más tarde, y tienen una mejor evolución. Me reitero, ni los niños ni las niñas Asperger tienen la “maquinaria natural” necesaria para la empatía, pero a las niñas se les nota menos.
Esto ocurre por varias razones:
La primera es que los niños, cuando se frustran, se ponen agresivos con el entorno, y eso hace que acaben mucho antes en el psicólogo del cole. Las niñas se autoagreden, o se adaptan, y eso llama menos la atención.
La segunda, que las niñas comienzan a sufrir presión social alrededor de los ocho años, y los niños viven libres de ella por lo menos hasta los trece, y que la magnitud de esa presión es mucho mayor para las chicas. A nadie le importa que un chico sólo hable de ordenadores o de trenes, pero es muy distinto cuando una niña no comprende que a su amiga le gusta Juan. Eso les supone la exclusión del grupo, así que aprenden a adaptarse antes. Lo que hacen es observar las situaciones sociales a su alrededor, y hacer una lista de las reacciones adecuadas copiando las de los otros niños. Así pasan desapercibidas, aunque no comprendan lo que están haciendo, y eso las mantenga en un estado de continua alerta.
La tercera, que aprenden rápido a decir que sí. Sonríen de continuo y son sumisas, y eso son valores en alza para las mujeres. No importa que debajo de la máscara haya una intensa angustia.
Y pensando en todo esto, yo me pregunto: Si estas niñas, que no tienen esa “maquinaria natural” que se les presupone hiperdesarrollada por su género, se las apañan para parecer más empáticas y sensibles, ¿Qué ocurrirá con el resto, que sí la tienen?¿No tiene sentido pensar que esa poderosa presión social hará que nosotrxs también nos entrenemos mucho más para relacionarnos?.
O sea, que como me han diagnosticado mujer, soy por naturaleza mucho más empática y sensible…
A mí que no me cuenten milongas.
Para leer más sobre el Asperger en las mujeres:
http://www.asperger.es/publicaciones.php?id=3&cap=193&cat=2
http://www.educared.pe/especial/articulo/1019/sindrome-de-asperger-algunas-preguntas-comunes/
domingo, 10 de enero de 2010
Hasta el stiletto.
Aquella noche no estaba yo sola, y nada mejor que dos miradas, de cristales distintos, para completar el cuadro. Desde mi transparencia, hasta la hipervisibilidad de B. que lo escribe así:
DE CLAVOS Y TIJERAS.
Noche de fin de año. Las tantas de la madrugada.
G. y yo decidimos salir a brindar a nuestro garito de rock preferido. Después de ser saludadas de forma algo pegajosa por el dueño y los puertas, nos abrimos paso por lo que coralmente ha sido clasificado como un auténtico “campo de nabos” (aunque dudo que nadie se haya prestado a ir bragueta por bragueta corroborando tantas biologías).
Tomamos posiciones, como siempre, hacia la mitad de la barra. No está demasiado lleno y el personal del bar se lo toma con calma. ¿Será la tónica de la noche? Rápidamente caemos en la cuenta. En cuestión de dos horas, desfilan ante nosotras cantidad de tíos chuzos o con una pose deliberada que -esperan- camufle sus intenciones. La cosa pinta fea, pero no nos preocupa: reconquistamos ámbitos hostiles, vestidas de encantadoras y uberfemeninas presas de caza. Y eso que esta noche no calzo mis stilettos -altos como dildos-.
Pasamos el rato entre copas y chulerías. De los pollos que nos entran, sí hay alguno con el que hubiera jugado un affaire sin pestañear, pero ya no tiene hueco. No desde que llegó M. Asombra que sea posible albergar tanto deseo en un solo cuerpo, y más sin que se me reviente ninguna tripa. Ella nos acompañará esta noche. Precavidamente, para evitar tensiones con la lista de puerta, aviso a los maromos de que M. está en camino. “No pasa nada -dice el de la voz cantante-. Entre dos tijeras siempre cabe un clavo.” “Querido, en mi caso es al revés: entre tanto clavo, solo cabe esa tijera.”
Sobre las cuatro, asoma sus pestañas la pantera y me tiro derecha a su boca. El personal alucina y más de uno se acerca a preguntarme “¿De verdad eres lesbiana?” Las chicas que tenía a mi izquierda nos observan complacidas, y dejan de tocarse entre ellas como si fueran primas. M. es preciosa e hipnótica, aunque siente que el bar la reviste de una transparencia tendenciosa. Mi receta ante esa invisibilidad: paciencia, mala uva y colorete. Cuestión de desentonar.
De hecho, aquel-del-affaire-fuera-de-juego ha comenzado a resultar, más que un incordio, un problema. Beodo y cachondo, a pesar de mis negativas explícitas y repetitivas, es capaz de seguirme hasta el baño, colarse por mi espalda en el metro cuadrado del retrete y bloquearme la puerta. Con dos centímetros de distancia para maniobras y un tipejo, más excitado aun -según me hace saber- por mis besos con M., intentando caer con todas sus ganas y su peso sobre mí, es difícil escabullirse, y entro en la siguiente tesitura: ¿Negocio con él? ¿Respondo con violencia física, dispuesta a asumir una respuesta probablemente también violenta, estando yo sola? ¿Recurro al dueño del garito o lo rechazo igualmente por tratarse de la ayuda de un varón, y evitar reforzar así un pacto de machos sobre mi sexualidad, que en realidad estoy combatiendo? Finalmente resuelvo el trance erizando la espalda, manteniéndole la mirada sin claudicar, y reiterando hasta la saciedad un “no” que llega a cerrarme el cuerpo. Cuando él abandona el aseo y me deja sola, soy incapaz de mear. Ni gota.
Salgo del retrete, dignísima, algo asustada y con la vejiga inundada como una pecera. Encajo mi cadera entre las piernas de M., sentada en una banqueta alta, y, mientras me aprieta las nalgas contra sí, le sugiero al oído: ¿follamos, nena?
Así empezamos el año: exorcizando bares y retretes.
DE CLAVOS Y TIJERAS.
Noche de fin de año. Las tantas de la madrugada.
G. y yo decidimos salir a brindar a nuestro garito de rock preferido. Después de ser saludadas de forma algo pegajosa por el dueño y los puertas, nos abrimos paso por lo que coralmente ha sido clasificado como un auténtico “campo de nabos” (aunque dudo que nadie se haya prestado a ir bragueta por bragueta corroborando tantas biologías).
Tomamos posiciones, como siempre, hacia la mitad de la barra. No está demasiado lleno y el personal del bar se lo toma con calma. ¿Será la tónica de la noche? Rápidamente caemos en la cuenta. En cuestión de dos horas, desfilan ante nosotras cantidad de tíos chuzos o con una pose deliberada que -esperan- camufle sus intenciones. La cosa pinta fea, pero no nos preocupa: reconquistamos ámbitos hostiles, vestidas de encantadoras y uberfemeninas presas de caza. Y eso que esta noche no calzo mis stilettos -altos como dildos-.
Pasamos el rato entre copas y chulerías. De los pollos que nos entran, sí hay alguno con el que hubiera jugado un affaire sin pestañear, pero ya no tiene hueco. No desde que llegó M. Asombra que sea posible albergar tanto deseo en un solo cuerpo, y más sin que se me reviente ninguna tripa. Ella nos acompañará esta noche. Precavidamente, para evitar tensiones con la lista de puerta, aviso a los maromos de que M. está en camino. “No pasa nada -dice el de la voz cantante-. Entre dos tijeras siempre cabe un clavo.” “Querido, en mi caso es al revés: entre tanto clavo, solo cabe esa tijera.”
Sobre las cuatro, asoma sus pestañas la pantera y me tiro derecha a su boca. El personal alucina y más de uno se acerca a preguntarme “¿De verdad eres lesbiana?” Las chicas que tenía a mi izquierda nos observan complacidas, y dejan de tocarse entre ellas como si fueran primas. M. es preciosa e hipnótica, aunque siente que el bar la reviste de una transparencia tendenciosa. Mi receta ante esa invisibilidad: paciencia, mala uva y colorete. Cuestión de desentonar.
De hecho, aquel-del-affaire-fuera-de-juego ha comenzado a resultar, más que un incordio, un problema. Beodo y cachondo, a pesar de mis negativas explícitas y repetitivas, es capaz de seguirme hasta el baño, colarse por mi espalda en el metro cuadrado del retrete y bloquearme la puerta. Con dos centímetros de distancia para maniobras y un tipejo, más excitado aun -según me hace saber- por mis besos con M., intentando caer con todas sus ganas y su peso sobre mí, es difícil escabullirse, y entro en la siguiente tesitura: ¿Negocio con él? ¿Respondo con violencia física, dispuesta a asumir una respuesta probablemente también violenta, estando yo sola? ¿Recurro al dueño del garito o lo rechazo igualmente por tratarse de la ayuda de un varón, y evitar reforzar así un pacto de machos sobre mi sexualidad, que en realidad estoy combatiendo? Finalmente resuelvo el trance erizando la espalda, manteniéndole la mirada sin claudicar, y reiterando hasta la saciedad un “no” que llega a cerrarme el cuerpo. Cuando él abandona el aseo y me deja sola, soy incapaz de mear. Ni gota.
Salgo del retrete, dignísima, algo asustada y con la vejiga inundada como una pecera. Encajo mi cadera entre las piernas de M., sentada en una banqueta alta, y, mientras me aprieta las nalgas contra sí, le sugiero al oído: ¿follamos, nena?
Así empezamos el año: exorcizando bares y retretes.
domingo, 3 de enero de 2010
Hasta el dildo.
Noche de fin de año. Cuatro de la madrugada.
Aparco la moto en la puerta de un bar de rock en Madrid.
- Vengo de parte de B., la pelirroja.
El gorila me mira y repite como un mantra:
- Ojos verdes, pelo corto, la moto… ¿Cómo te llamas?
Mi nombre es mi salvoconducto.
- Sí, eres tú. – Dice revolviéndome el pelo con la mano, como se hace con un chaval - Y me abre la puerta.
El sitio no está excesivamente lleno. La mayoría de hombres diagnosticados es notable, pero mi entrada no llama demasiado la atención, hasta que llego a la barra.
A modo de saludo, le muerdo la boca a B., que me devuelve el mordisco. Directo y nada discreto. Lleva un vestido corto, negro y escotado, “de bailarina oscura”. Esta noche ni siquiera lleva tacones.
Entonces comienza.
Los tíos que hay a nuestro alrededor miran con curiosidad evidente, algunos con una insistencia grosera, que no remite cuando les sostengo la mirada. A nuestro lado, una pareja de chicas comienza a besarse tímidamente, arropada por nuestras claras muestras de deseo mutuo.
“Qué suerte tienes, capulla”- me espeta uno al oído- , “Estáis para grabaros”, “¿No os gustaría hacer un trío?”. Las invasiones de nuestro espacio se suceden una tras otra. No importa nuestra actitud, cada vez más molesta, ni nuestras respuestas, cada vez menos agradables. Si ella estuviese con un tío, jamás se les ocurriría importunar así. Pacto de respeto entre hombres. Reparto de coños. La propiedad del otro no se toca, al menos no delante de sus narices. Sin embargo, aquí yo soy transparente.
B., en cambio, es hipervisible. Se la puede abordar, tocar, pedir un beso, cuestionar, e incluso seguir al baño y bloquear la puerta. Sus negativas no cuentan, deben dejar bien patente que lo que necesita es una buena polla para salir de su confusión. Ella aún puede salvarse.
A mí me protege una cierta ambigüedad, en el vestir y en la forma de estar, que hace que me identifiquen como lesbiana. Pero B. es un objetivo para ellos, “porque no se le nota nada”. No tiene pluma pero sí una melena larga y llamativa, vestido minifaldero y las uñas pintadas. A ella se la pueden follar. De hecho, deben pensar que sólo me besa para calentarles. Supongo que son tan invasivos porque les irrita que su deseo se dirija hacia mí. Ella debería ser para ellos, pero se va a ir con una bollera. Y eso les cabrea.
Echo de menos la hermandad de mis perras, para haberles enseñado los dientes como en otras ocasiones. Pero esta noche sólo somos tres.
“Amigos, esta “pelirroja” me folla con un dildo de 22 centímetros, ¿Acaso tenéis algo mejor que ofrecer?”- Tengo ganas de gritar - En cambio, vuelvo a besarla deslizando mi mano descaradamente hasta su culo.
Este año, lo empezamos haciendo política en los bares.
viernes, 1 de enero de 2010
Revolución transfeminista
Combatientes cubanos conocidos como "los barbudos" bajaron de las montañas y el 1º de enero de 1959 tomaron La Habana acabando con la dictadura bananera de Fulgencio Batista que había convertido Cuba en el "casino" de EEUU, y en eso: llegó Fidel y el triunfo de la revolución socialista cubana. 35 años más tarde, el 1º de enero de 1994, campesinos indígenas pertenecientes al Ejercito Zapatista de Liberación Nacional también bajaron de las montañas. Comenzando por San Cristobal de las Casas ocuparon muchas poblaciones del Estado mejicano de Chiapas coincidiendo con la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio entre EEUU, Mexico y Canadá que condenaba a una mayor pobreza a las poblaciones indígenas. Bajaron del monte, tomaron sus objetivos y desencadenaron una de las revoluciones con mayor trascendencia de las últimas décadas del siglo XX. Hoy, 1º de enero de 2010, desde diferentes barrios, ciudades, culturas y mundos hacemos un llamamiento a la lucha transfeminista, a la conformación de manadas como unidades básicas de convivencia y organización y a la rebelión en las calles, en las casas y en los pueblos. Desde nuestras aceras y con toda nuestra pasión proclamamos a los 4 vientos el siguiente :
MANIFIESTO PARA LA INSURRECCIÓN TRANSFEMINISTA
Hacemos un llamamiento a la insurrección TransFeminista:
Venimos del feminismo radical, somos las bolleras, las putas, lxs trans, las inmigrantes, las negras, las heterodisidentes... somos la rabia de la revolución feminista, y queremos enseñar los dientes; salir de los despachos del género y de las políticas correctas, y que nuestro deseo nos guíe siendo políticamente incorrectas, molestando, repensando y resignificando nuestras mutaciones. Ya no nos vale con ser sólo mujeres. El sujeto político del feminismo “mujeres” se nos ha quedado pequeño, es excluyente por sí mismo, se deja fuera a las bolleras, a lxs trans, a las putas, a las del velo, a las que ganan poco y no van a la uni, a las que gritan, a las sin papeles, a la marikas... Dinamitemos el binomio género y sexo como práctica política. Sigamos el camino que empezamos, “no se nace mujer, se llega a serlo”, continuemos desenmascarando las estructuras de poder, la división y jerarquización. Si no aprendemos que la diferencia hombre mujer, es una producción cultural, al igual que lo es la estructura jerárquica que nos oprime, reforzaremos la estructura que nos tiraniza: las fronteras hombre/mujer. Todas las personas producimos genero, produzcamos libertad. Argumentemos con infinitos géneros... Llamamos a la reinvención desde el deseo, a la lucha con nuestros cuerpos ante cualquier régimen totalitario. ¡Nuestros cuerpos son nuestros!, al igual que lo son sus límites, mutaciones, colores, y transacciones. No necesitamos protección sobre las decisiones que tomamos en nuestros cuerpos, transmutamos de género, somos lo que nos apetece, travestis, bollos, superfem, buch, putas, trans, llevamos velo y hablamos wolof; somos red: manada furiosa. Llamamos a la insurrección, a la ocupación de las calles, a los blogs, a la desobediencia, a no pedir permiso, a generar alianzas y estructuras propias: no nos defendamos, ¡hagamos que nos teman! Somos una realidad, operamos en diferentes ciudades y contextos, estamos conectadxs, tenemos objetivos comunes y ya no nos calláis. El feminismo será transfronterizo, transformador transgenero o no será, el feminismo será TransFeminista o no será...
Os Keremos. Red PutaBolloNegraTransFeminista.
Medeak, Garaipen, La Acera Del Frente, Itziar Ziga, Lolito Power, Las Chulazas, Diana J. Torres AKA Pornoterrorista, Parole de Queer, Post_op, Las maribolheras precarias, Miguel Misse, Beatriz Preciado, Katalli, MDM, Coletivo TransGaliza, Laura Bugalho, EHGAM, NacionScratchs, IdeaDestroyingMuros, Sayak Valencia, TransFusión, Stonewall, Astrid Suess, Alira Araneta Zinkunegi, Juana Ramos, 7menos20, Kim Pérez (Cofundadora de Conjuntos Difusos), d-generadas, las del 8 y et al, Beatriz Espejo, Xarxa d'Acció Trans-Intersex de Barcelona, Guerrilla Travolaka, Towanda,Ciclobollos, O.R.G.I.A, Panteras Rosas, Trans Tornados,Bizigay, Pol Galofre, No Te Prives, CGB, Juanita Márkez Quimera Rosa, Miriam Solà, Ningún Lugar, Generatech, Sr. y Sñra. Woolman, Marianissima Airlines, As dúas, Oquenossaedacona, Go Fist Foundation, Heroína de lo periférico, Lola Clavo, Panaderas Sin Moldes, Señorita Griffin, Impacto Nipón, Las Mozas de KNY, Kabaret Lliure de Mediona, Teresa Matilla , El Grito de las Brujas, Gaelx, M, Clarifornia, Imagina Sin Permiso
MANIFIESTO PARA LA INSURRECCIÓN TRANSFEMINISTA
Hacemos un llamamiento a la insurrección TransFeminista:
Venimos del feminismo radical, somos las bolleras, las putas, lxs trans, las inmigrantes, las negras, las heterodisidentes... somos la rabia de la revolución feminista, y queremos enseñar los dientes; salir de los despachos del género y de las políticas correctas, y que nuestro deseo nos guíe siendo políticamente incorrectas, molestando, repensando y resignificando nuestras mutaciones. Ya no nos vale con ser sólo mujeres. El sujeto político del feminismo “mujeres” se nos ha quedado pequeño, es excluyente por sí mismo, se deja fuera a las bolleras, a lxs trans, a las putas, a las del velo, a las que ganan poco y no van a la uni, a las que gritan, a las sin papeles, a la marikas... Dinamitemos el binomio género y sexo como práctica política. Sigamos el camino que empezamos, “no se nace mujer, se llega a serlo”, continuemos desenmascarando las estructuras de poder, la división y jerarquización. Si no aprendemos que la diferencia hombre mujer, es una producción cultural, al igual que lo es la estructura jerárquica que nos oprime, reforzaremos la estructura que nos tiraniza: las fronteras hombre/mujer. Todas las personas producimos genero, produzcamos libertad. Argumentemos con infinitos géneros... Llamamos a la reinvención desde el deseo, a la lucha con nuestros cuerpos ante cualquier régimen totalitario. ¡Nuestros cuerpos son nuestros!, al igual que lo son sus límites, mutaciones, colores, y transacciones. No necesitamos protección sobre las decisiones que tomamos en nuestros cuerpos, transmutamos de género, somos lo que nos apetece, travestis, bollos, superfem, buch, putas, trans, llevamos velo y hablamos wolof; somos red: manada furiosa. Llamamos a la insurrección, a la ocupación de las calles, a los blogs, a la desobediencia, a no pedir permiso, a generar alianzas y estructuras propias: no nos defendamos, ¡hagamos que nos teman! Somos una realidad, operamos en diferentes ciudades y contextos, estamos conectadxs, tenemos objetivos comunes y ya no nos calláis. El feminismo será transfronterizo, transformador transgenero o no será, el feminismo será TransFeminista o no será...
Os Keremos. Red PutaBolloNegraTransFeminista.
Medeak, Garaipen, La Acera Del Frente, Itziar Ziga, Lolito Power, Las Chulazas, Diana J. Torres AKA Pornoterrorista, Parole de Queer, Post_op, Las maribolheras precarias, Miguel Misse, Beatriz Preciado, Katalli, MDM, Coletivo TransGaliza, Laura Bugalho, EHGAM, NacionScratchs, IdeaDestroyingMuros, Sayak Valencia, TransFusión, Stonewall, Astrid Suess, Alira Araneta Zinkunegi, Juana Ramos, 7menos20, Kim Pérez (Cofundadora de Conjuntos Difusos), d-generadas, las del 8 y et al, Beatriz Espejo, Xarxa d'Acció Trans-Intersex de Barcelona, Guerrilla Travolaka, Towanda,Ciclobollos, O.R.G.I.A, Panteras Rosas, Trans Tornados,Bizigay, Pol Galofre, No Te Prives, CGB, Juanita Márkez Quimera Rosa, Miriam Solà, Ningún Lugar, Generatech, Sr. y Sñra. Woolman, Marianissima Airlines, As dúas, Oquenossaedacona, Go Fist Foundation, Heroína de lo periférico, Lola Clavo, Panaderas Sin Moldes, Señorita Griffin, Impacto Nipón, Las Mozas de KNY, Kabaret Lliure de Mediona, Teresa Matilla , El Grito de las Brujas, Gaelx, M, Clarifornia, Imagina Sin Permiso
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