miércoles, 20 de enero de 2010

M de monstruosa



Ayer sonó el teléfono de mi casa, y encontré al otro lado a Mademoiselle Fifi, exaltada de una manera impropia para un personaje de su alcurnia. No dejaba de decirme que había visto en la tele la película de mi vida, y que era capaz de verla dos veces en el mismo día sólo para poder comentarla. No imagináis cual fue mi sorpresa al decirme que la película en cuestión era “El ataque de la mujer de 50 pies”. Un remake del 93 de la película del mismo título de los años 50.

Fifi no dejaba de gritarme: “¡Daryl Hannah está imponente!¡Y sin que se le altere el maquillaje! ¡Y el final… todavía no he conseguido cerrar la boca!”

Comprenderéis un cierto escepticismo por mi parte, porque una película que remeda las de serie B de los 50, (efectos especiales cutres incluidos), con ovnis y mujeres gigantes de por medio, es como para pensárselo dos veces. Pero mi confianza en Fifi es ilimitada, así que realizamos una búsqueda exhaustiva por los videoclubs de Madrid, hasta que dimos con uno en el que, además de reírse de nosotras por preguntar por semejante joya, nos dijeron que la tenían.

Todavía no he salido de mi asombro.

La peli va de una mujer infantilizada por su padre y su marido, dos machirulos a cual más repugnante, que tras encontrarse con un ovni, crece cada vez que se cabrea en la misma proporción que su rabia. Cuando llega a los 50 pies, y a su nivel máximo de hartazgo, venga las afrentas de estos dos individuos al más puro estilo King Kong (¡Ayyss!¡Qué aroma a Despentes!).
Merece la pena sólo por ver a Daryl Hannah enorme y desmelenada, estrujando a su maridito en su manaza gigante, pero además la acompañan personajes como su terapeuta, con la que los diálogos no tienen desperdicio, la mujer-puta amante de su marido (inteligente, agresiva y triunfadora), o la butch ayudante del scheriff, en su papel de perfecto aprendiz. En el guión hay perlas del tipo: “Ya estoy cansada de ser una mujer adulta, moderna y postfeminista, ahora voy a hacer las cosas a mi manera”, y un increíble final, que no os destriparé, pero yo tampoco he conseguido cerrar la boca todavía.

Hay días en los que, después de escuchar que se están rifando Haití antes de haber sacado los cadáveres de los escombros, o que la curia dice que hay cosas peores en el mundo que lo que ha pasado allí, a una se le desborda la rabia, y desearía crecer con ella para poder exterminar a pisotones a unos cuantos descerebrados.

En fin, aquí os dejo unos fotogramas de la peli.



Porque nuestra rabia nos puede hacer gigantes.

1 comentario:

  1. Siiiii!!! Me encantaría!!! Yo tb kiero crecer hasta los 50 pies y patearles el culo al estilo King Kong!!
    Yo me acuerdo de esta peli, de verla en la tv,pero me esta faltando tiempo para volver a verla!!!
    Muaks
    auro

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